B17 <=[BTG I The arousing of thought, p. 18]=> B19
If you indeed think so, then you are very, very mistaken.
First of all, I am not young; I have already lived so much that I have been in my life, as it is said, “not only through the mill but through all the grindstones”; and secondly, I am in general not writing so as to make a career for myself, or so as to plant myself, as is said, “firm-footedly,” thanks to this profession, which, I must add, in my opinion provides many openings to become a candidate d-i-r-e-c-t for “Hell” – assuming of course that such people can in general by their Being, perfect themselves even to that extent, for the reason that knowing nothing whatsoever themselves, they write all kinds of “claptrap” and thereby automatically acquiring authority, they become almost one of the chief factors, the totality of which steadily continues year by year, still further to diminish the, without this, already extremely diminished psyche of people.
And as regards my personal career, then thanks to all forces high and low and, if you like, even right and left, I have actualized it long ago, and have already long been standing on “firm-feet” and even maybe on very good feet, and I moreover am certain that their strength is sufficient for many more years, in spite of all my past, present, and future enemies.
Yes, I think you might as well be told also about an idea which has only just arisen in my madcap brain, and namely, specially to request the printer, to whom I shall give my first book, to print this first chapter of my writings in such a way that anybody may read it before cutting the pages of the book itself, whereupon, on learning that it is not written in the usual manner, that is to say, for helping to produce in one’s mentation, very smoothly and easily, exciting images and lulling reveries, he may, if he wishes, without wasting words with the bookseller, return it and get his money back, money perhaps earned by the sweat of his own brow.
Pero si verdaderamente piensa eso, está muy, pero muy equivocado.
En primer lugar, no soy joven; tanto he vivido que a lo largo de mi vida ya he pasado, como dicen, «no sólo por el molino, sino por todas las muelas»; y en segundo lugar, no escribo en general para procurarme una carrera o para afirmarme personalmente sobre una base sólida mediante esta profesión, la cual, debo agregar, proporciona a mi juicio, muchas puertas para quienes quieran convertirse en candidatos directos a ingresar en el «Infierno». (Suponiendo, claro está, que esa gente pueda, en general, por medio de su Ser, perfeccionarse incluso hasta aquel punto, debido a que, no sabiendo cosa alguna por sí mismos, escriben toda clase de artificios para alcanzar populachería y de este modo, adquiriendo automáticamente autoridad, se convierten casi en uno de los principales factores que, en su totalidad, vienen disminuyendo sostenidamente, año a año, la, sin esto, ya en extremo menguada psiquis de la gente).
En lo que a mi carrera personal se refiere, gracias a todas las fuerzas de arriba y abajo, y, si tú quieres, incluso de derecha e izquierda, la he actualizado ya hace tiempo, y también desde largo tiempo atrás vengo «pisando firme» y, lo que es más aún, tengo la certeza total de que esta firmeza habrá de durar todavía muchos años, pese a todos mis enemigos pasados, presentes y futuros.
Sí, creo que también debería contarte acerca de una idea que acaba de surgir en mi cerebro y es la de pedir especialmente al impresor, a quien he de entregar mi primer libro, que imprima el primer capítulo de mis escritos de tal forma que pueda ser leído sin necesidad de cortar antes las páginas del libro, de modo tal que, una vez enterado el lector de que el libro no ha sido escrito de la manera habitual, es decir, con el propósito de producir en la mentación de uno, en forma sumamente suave y fácil, imágenes atrayentes y ensueños adormecedores, pueda, si así lo desea, sin necesidad de un intercambio inútil de palabras con el librero, devolverlo y recuperar nuevamente su dinero, ganado tal vez, con el sudor de su frente.