Gurdjieff Amor

Sobre o amor
PRIEURE, 24 DE MAYO, 1923

Hay dos clases de amor; uno el amor de un esclavo, el otro que debe ser adquirido por medio de trabajo. El primero no tiene valor alguno; sólo el segundo tiene valor, esto es, el amor adquirido a través de trabajo. Este es el amor del cual hablan todas las religiones.

Si ustedes aman cuando “ello” ama, no depende de ustedes y por lo tanto no tiene mérito. Es lo que llamamos el amor de un esclavo. Ustedes aman cuando no deberían amar. Las circunstancias les hacen amar mecánicamente.

El amor verdadero es el amor cristiano, el amor religioso; con este amor nadie nace. Para este amor hay que trabajar. Algunos lo conocen desde la infancia, otros solamente en la vejez. Si alguien tiene amor verdadero, es porque lo adquirió durante su vida. Pero es muy difícil aprenderlo, Y es imposible empezar a aprenderlo directamente, en la gente. Todo hombre toca a otro en carne viva, nos hace apretar los frenos, y nos da muy poca oportunidad de tratar.

El amor puede ser de diferentes clases. Para comprender de qué clase de amor hablamos, es necesario definirlo.

Ahora estamos hablando del amor por la vida. En todo lugar donde hay vida, comenzando por las plantas (porque ellas también tienen vida), los animales —en una palabra dondequiera que haya vida— hay amor. Cada vida es un representante de Dios. Cualquiera que pueda ver al representante, verá a Aquél que es representado. Cada vida es sensible al amor. Aun las cosas sin alma como las flores, que no tienen conciencia, comprenden si uno las ama o no. Aun la vida inconsciente reacciona a cada hombre de una manera correspondiente y le responde de acuerdo a la manera en que él reacciona.

Como siembran, así cosecharán, y no sólo en el sentido de que si siembran trigo tendrán entonces trigo. Es cuestión de cómo siembran. Literalmente puede convertirse en paja. En la misma tierra, distintas personas pueden sembrar las mismas semillas y los resultados serán diferentes. Pero estas sólo son semillas. El hombre ciertamente es más sensible que una semilla a lo que es sembrado en él. Los animales son también muy sensibles, aunque menos que el hombre. Por ejemplo, se mandó a X. a cuidar los animales. Muchos enfermaron y murieron. Las gallinas pusieron menos huevos y así sucesivamente. Aun una vaca dará menos leche si uno no la quiere. La diferencia es muy sorprendente.



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